23/10/09

De traidores y de heróicos mozárabes de Córdoba


Breve introducción: (pero no se vayan todavía, porque es una historia digna de contar y de ser recordada, a fin de cuentas guarda exacto paralelismo con la época en que vivimos) Hete aquí: Córdoba, capital moruna, tenía sus condes cristianos, a quienes estaban sujetos todos los fieles de los dominios del miramamolín, en cumplimiento de las capitulaciones con que se le habían sujetado los hispanos desde el tiempo de las primeras conquistas de los sarracenos.

En tiempo del insigne Pablo Álvaro, que murió cerca del año de Nuestro Señor de 861, tenía los honores de conde un caballero (por nombrarlo de algún modo) llamado Servando, a cuyo tribunal fue citado por motivo de una hacienda que había vendido. Aun después de la muerte de Álvaro, tenía Servando el mismo título y empleo, como consta por el favor que dió a los herejes con grande daño del santo abad Samsón antes y después del concilio de Córdoba del año 862. El arcipreste Ciprián que sobrevivió a Pablo Álvaro, y el abad Samsón, en uno de sus epigramas, hace muchos elogios del conde Adulfo, que sería sucesor de Servando.

A lo que íbamos...ésta es una historia en la que otros muchos derramaron su sangre generosa en defensa de la fe, en época de pruebas y tribulaciones, aunque no todo, como hemos visto en el párrafo anterior, fue virtud y pureza.

Muchos cristianos apostataron de su religión, porque Judas siempre habrá, ante los rigores y suplicios, y aun hubo obispos, como los de Málaga y Elvira (Iliberris) llamados los pájaros: Hostigesio y Samuel, que, no contentos con haber convertido sus casas en lupanares inmundos y propalar herejías, excitaron a Muhammad a imponer a los cristianos nuevas y onerosas cargas. Toma ya. Hasta que apareció nuestro héroe (dícese de la persona admirada por sus hazañas y virtudes; como se suele decir, los héroes son personas normales que hacen cosas extraordinarias en épocas y tiempos extraordinarios): el abad Samsón, hombre docto y de ingenio agudo, dispuesto a defender la causa de los oprimidos cristianos.

Pero pronto Samsón iba a sufrir las primeras acometidas. La víbora y rata de cloaca, llamada Hostigesio, cizañero él, negoció con Muhammad la reunión de un concilio de obispos para que en él fuese juzgado Samsón, amén de fijar, claro está, nuevos tributos que hiciesen crecer las arcas de moros y traidores, ¡como no!.

En vano sustenta Samsón su pureza de fe: Hostigesio y su acólito, el conde Servando, gran opresor de los cristianos, logran que sea declarada perniciosa, la buena doctrina del abad. Pero Samsón demuestra la nulidad de la sentencia arrancada por la violencia y el dolo, y se retractan de ella algunos obispos, entre ellos Valencio de Córdoba, que elevan a Samsón a la dignidad abacial de la iglesia de San Zoilo para demostrar el aprecio que les merecían sus preclaras cualidades (el título de abad dado a Samsón, no lo era de dignidad monástica, sino de gobierno parroquial, y en Portugal y Galicia son llamados así todavía los curas propios de las iglesias).

Pero claro, esto no quedó así, no nos hemos olvidado de las hienas Hostigesio y Servando; irritados, acuden a la calumnia y a la intriga, y alcanzan de Muhammad que Samsón sea depuesto y desterrado a Martos, donde escribió una defensa de su doctrina con el título de Apologético.

La persecución continuó mas y mas encendida; los insultos y profanaciones contra los fieles y sus templos no cesaron del todo hasta que la tormenta fue calmándose con la acción del tiempo, y que la atención de los musulmanes se distrajo hacia los campos de batalla del norte.

Tal fue la era de los martirios en la iglesia mozárabe española, y que produjo además de una multitud de hechos heróicos mezclados con otros de lamentable recuerdo, un catálogo de santos con que se aumentó el martirologio de España, y los luminosos escritos de San Eulogio, Pablo Álvaro y del abad Samsón, que han llegado hasta nuestros días y sin los cuales nos veríamos privados de las noticias de este periodo de lucha religiosa, tanto mas gloriosa cuanto era con mas desiguales armas sostenida.

PD: ¿Qué se deduce de la historia? Que el enemigo mas peligroso y ruín siempre es compatriota y renegado. Baste hoy mirar al Gobierno de España y a su oposición, a los defensores del triculturalismo, etc...los Hostigesio y Servando de ayer, son los Zapatero y Rajoy de hoy.

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