15/4/10

La traición del don Julián siciliano


Alguien se puede preguntar a qué santo viene hablar ahora de Sicilia, y la respuesta es fácil: como parte integrante de la Corona de Aragón primero y del Imperio Español después, es deber, o mejor, un honor para cualquier español conocer su historia y su gesta, tan parecida a la nuestra en todos los sentidos, y si de hecho abogamos por que se reconozca esa filiación histórica que ha habido siempre entre España y Portugal como la Hispania eterna que son, no menos es reconer la que tenemos con nuestros hermanos “meridionales”, con los que hemos compartido historia y destino durante siglos.

He aquí el comienzo:

Desde que fuera parte del Imperio Romano, vieron pasar sus tierras sucesivamente a vándalos y ostrogodos, hasta que en el 535 el emperador bizantino Justiniano se hizo con el control de la isla (volvía así de nuevo al Imperio, pero esta vez al de Oriente). Al decaer el poderío militar de Bizancio, Sicilia sufrió un amago de invasión o reconocimiento a manos de varias partidas musulmanas árabes mandadas por Otman en el año 652.

Y es un poco mas de siglo y medio después, en 826, cuando entra en escena Eufemio de Messina, el alter ego bizantino del conde don Julián hispanogodo, aunque aquél encima no solo era traidor, sino depravado, ya que todo el lío postrer vino a raiz de secuestrar a una monja y forzarla a casarse con él. La víbora en cuestión se rebeló contra el emperador y huyó a África donde ofreció el control de la isla a la dinastía musulmana de Ibrahim Ibn Aglab (los Aglabíes) que ejercía su control en Túnez, y mas concretamente a su cabeza, el emir Ziyadat Alah.

Así pues, a imagen y semejanza de la invasión de Hispania a manos de Tariq y Muza, no tardó el ejército musulmán formado igualmente por árabes y bereberes en poner pie en Sicilia, y no paró hasta conquistarla totalmente en 965.

Los bizantinos de Sicilia en este caso, dieron mas guerra, debido principalmente a que apenas había muladíes entre ellos y a que no se podía comparar el poderío militar de Bizancio con el visigodo (en el momento de la invasión de la península ibérica, fragmentada desde tiempo atrás en partidos dinásticos que rivalizaban entre sí, sin obviar, por supuesto, la conspiración judaíca), tampoco olvidar las intestinas luchas que desde el primer momento de la invasión de Sicilia, se daban entre los musulmanes. Si en el periodo de invasión de Hispania, había cierta homogeneidad en el Islam y cercanos estaban los tiempos del falso profeta, el de Sicilia se caracterizó por la heterogeneidad.

Pero como la Historia es cíclica, también el emirato siciliano acabó sus días convertido en un puñado de taifas (mediados del S. XI)…y llegaron los normandos, y con ellos el nacimiento del reino cristiano de Sicilia.

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