19/12/13

Soldados de otro tiempo


“Sois generosos, sinceros, desinteresados, fieles a vuestra palabra, bravos, tiernos, llenos de delicadeza, compasivos con la desgracia, entusiastas por el bien y la belleza, intrépidos en los peligros y valientes. Rasgos semejantes a los héroes de Homero y Virgilio, pero vuestro carácter es muy diferente, porque se descubre en vosotros un sello de espiritualidad que en vano se buscaría en los héroes homéricos, y que solo poseía de un modo vago Enneas.




No olvidéis la fábula del Ave Fénix y tened en cuenta que cuando glorifiquéis a los héroes que os precedieron, éstos presenciarán vuestras honras y escucharán vuestros vítores desde el campo de la inmortalidad, y desde el mismo sitio podréis presenciar vosotros las que os hagan vuestros descendientes, si honrado mantenéis aquel legado, que lo haréis.



Y cuando no volváis, os hallaréis ya en el Reino de Dios, donde encontraréis toda felicidad. A los que ya no volverán, haréis bien en no llorarlos, padres, pues sus almas ya habrán alcanzado la eternidad. Nosotros lloraremos por vosotros. Por ellos, no.”



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Ciudad Universitaria de Madrid, 27 de noviembre de 1936



QUERIDÍSIMA CARMEN



Ya he recibido tus dos cartas en las que me felicitas. Cómo te lo agradezco Carmen, ¡no sabes el bien que hacen las cartas cariñosas! Pero en las dos revelas pesimismo, y eso Carmen, no. Hay que estar alegres, siempre alegres, riéndose, que si pierdes a un hermano, sales ganando siete y a los papás. Pero a éste además, no lo pierdes, sino que lo salvas, pues irá en todo caso camino del Cielo.



Tienes un gran recurso contra los pesares, que es rezar. Yo algunos ratos estoy triste por vuestra tristeza, pero como a papá ya se le pasó y ahora a ti, estoy alegre, mas alegre que en toda mi vida, porque estoy en paz con Dios y mi orgullo de Requeté. Y si alguna vez pienso en cosas tristes, los compañeros me alegran. Estoy tan orgulloso de ser Requeté, que si la poca valentía que tengo flaquea alguna vez ante tal o cual cañonazo, me fijo en la boina colorada y arrea, que mas hacían en nuestras guerras los veteranos, y habrían perdido menos que nosotros.



Así que, Carmen, ten mucho ánimo, que lo peor pasó ya, y si Dios quiere que nos volvamos a ver en casa, o donde sea, te daré un abrazo tan fuerte como el que quisiera darte desde aquí este hermano que se ha rehabilitado con la sufrida vida de campaña.



FELIPE

11/12/13

Non Est Pax Impiis


“Volverán los tiempos en que los creyentes, los hombres de fe, tendrán que buscar un abrigo en las vertientes de los montes y un asilo en las peñas abrujetas e inhospitalarias” (Pidal)


Estos tiempos se acercan, el espíritu demagógico y las transigencias criminales ha invadido ya todos los organismos gubernamentales y llegada ya la hora suprema, arroja ya descarado y soberbio el antifaz y se prepara a reñir la última batalla, espantosa y colosal. Se ha levantado altar con altar, blasfemias sacrílegas del pastor protestante y ya del católico, todo, al abrigo de una legalidad de la que han sido y son partícipes las innúmeras masas cándidas y creyentes, que abandonaron los lares gloriosos de la tradición hermosa y se entregaron en los brazos de una monarquía “católica como nuestros padres y liberal como nuestro siglo”.

Por eso, los guardianes de la Tradición han sañalado con dedo de adivino las tendencias y derroteros del espíritu revolucionario y con férrea intransigencia han sido los únicos mantenederos en el palenque de la idea y de la acción, sufriendo resignados dolores indecibles en defensa de su Dios blasfemado, de su Patria ultrajada y de su Rey traicionado, escribiendo una página de epopeya en la historia prosáica de nuestro decaimiento senil.

Y rezó el epitafio:



Si gloria, lealtad y patriotismo

Honor, amor al Rey, recta justicia

Sinceridad, valor, alto heroismo

Buscas, oh caminante; la malicia

El dolo, la traición y el odio impío

Lo hundió bajo esta losa: aquí yaces boina roja.



Hoy ya no saldremos al campo a desenvainar la espada guerrera, sino que en nuestros hogares defenderemos el honor de nuestras esposas y la herencia de los hijos, los derechos de Dios y la majestad de sus auténticos ministros; el huracán revolucionario se desencadenará rugiente y furioso, y nosotros, rechazaremos la agresión con la agresión y mantedremos nuestros derechos: recogernos en los montes, como soñaba Pidal, no lo haremos jamás.

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LEALTAD DE ROCA A LA RELIGIÓN DE NUESTROS PADRES, A LOS REYES, A LAS LETRAS Y A LA AUGUSTA BANDERA DE LAS MILICIAS VOLUNTARIAS DE LA PATRIA.

NO TEMÁIS, QUE LOS ERRORES DEL HOMBRE LANZADOS EN EL VASTO CAMPO DE LAS IDEAS, SON IMPOTENTES PARA DESTRUIR LAS DE LA RELIGIÓN.

HASTA QUE DESAPAREZCA LA IMPIEDAD, NON EST PAX IMPIIS, NO HAY PAZ PARA LOS IMPÍOS.



¡Oh, mujeres!


Cuando veais a un hombre descreido que niega la virtud de las mujeres, desconfía de la lealtad de los hombres, no concede la amistad, y desconoce el amor, no digáis “es un malvado”; decid solamente, “es imposible que haya tenido madre”. ¡Influencia santa y poderosa cuanto podías hacer en provecho de esa humanidad febril, y anhelante de ciencias, de descubrimientos prodigiosos, de riquezas y honores! ¡Qué noble empeño el vuestro! ¡Oh, mujeres! Vosotras ofrecéis paz, amor, ventura infinita; inclináis, conducís a vuestros hijos por el sendero del honor, podéis presentarlos mañana con el noble orgullo de las matronas romanas y exclamar como la esposa de Leónidas, “nosotras hacemos hombres que salvan a la patria”.

2/12/13

El valor y la cobardía


“No he de callar, por mas que con el dedo


Ya tocando la boca, o ya la frente,

Silencio avises o amenaces miedo…”.

Quevedo



El miedo a decir la verdad puede ser cobardía. EL riesgo de que se nos avisa o amenaza, para que callemos, para que no digamos la verdad, puede ser un riesgo espiritual o un riesgo físico. Si nos callamos en este último caso, es indudable que lo hacemos por miedo, por temor físico al daño de que se nos avisa. Pero si callamos la verdad porque nos sentimos avisados o amezados de un daño espiritual, moral o religioso, podríamos decir que lo hacemos por cobardía. No son de la misma naturaleza cobardía y miedo. La cobardía nunca es material o física. La cobardía es espiritual paradójicamente, por no serlo: porque es moral o religiosa negación de espíritu.

Un hombre valeroso y valiente, puede y debe tener miedo; lo que no puede tener es cobardía.

No, no es cobarde el miedoso, lo es el valentón y el bravucón, que en su falta de miedo enmascara su cobardía. La cobardía se da frente a la Verdad, y por eso el cobarde tiene un vacío total y absoluto de espiritualidad.

Buscaremos entonces “espíritus valientes” donde nos lo señala Quevedo: en hombres de espíritu, que dicen la verdad que sienten y que no sienten haberla dicho.

16/10/13

Traditio Latens


No existe un periodo mas o menos corto de paz absoluta en la historia de la raza humana, la vida del hombre sobre la tierra es una lucha continuada. El virtuoso lucha contra los enemigos del alma, el vicioso contra los dictámenes de la razón ordenada; el sabio, contra el error; el incrédulo, contra la luz redentora. La lucha se extiende incluso en el orden social.


En todos los tiempos ha habido lucha, y esa lucha perenne en el individuo y en la sociedad es siempre la misma: la del error contra la verdad, la del mal contra el bien. Hay mal y lucha, incluso en la tendencia económica: el camino constante de la Revolución buscando manera de infiltrarse en las últimas clases de la sociedad, e instigando, la concupiscencia del pobre contra el rico, y, tomando armas de la reciente ciencia económica, el liberalismo capitalista o el socialimo marxista (lo mismo da, que da lo mismo) que tiene un origen y un desenvolvimiento completamente revolucionario, y aprovechando lo abstracto de sus ideas de capital y de trabajo, puso en guerra a ambos elementos y metió cizaña. La lucha ha de darse entre la economía política y la economía moral, el gran conflicto de nuestros días.

La lección magistral nos la dio Balmes: “Aprovechad la tradición que vive latente en los españoles que no han renegado de sus padres, BUSCAD LAS FUERZAS VIVAS DEL PAÍS QUE SON LA SANGRE DE SU ORDEN SOCIAL, y fundad sobre esta base un orden político que sepa respirar el aire de que está impreganada la atmósfera de este siglo y de los venideros. Los hombres, como los árboles, tienen raices en las generaciones anteriores y tienden hacia el porvenir, como las ramas de aquéllos hienden los aires. NO QUERÁIS DESLIGAR A LOS HOMBRES DEL PORVENIR NI ARRANCARLES DE SU PASADO, PUES MORIRÁN COMO LOS ÁRBOLES A QUIENES QUITÉIS LOS ELEMENTOS DE VIDA QUE TOMAN DE LA ATMÓSFERA Y CORTÉIS LAS RAICES QUE LES COMUNICAN LA SAVIA DE SU VIDA”.

La sociedad que tiene el secreto de su existencia y su prosperidad no es una sociedad perdida.

Pero el hombre es mezquino y de espíritu pequeño y no ve la grandeza, ni aun teniéndola en la misma cara, y ése siempre será el sino de cualquier lucha, de cualquier empresa, y que está impreso a fuego en las palabras de Donoso Cortés: “Cuando en Jesucristo apareció en el mundo la verdad, fue crucificado. Porque el hombre a la verdad lo primero que hace es negarla, y si aparece tan clara que no da lugar a duda, lucha con ella y la crucifica”.

No está mal acabar con Tolkien: “No nos atañe a nosotros dominar todas las mareas del mundo, sino hacer lo que está en nuestras manos por el bien de los días que nos ha tocado vivir, extirpando el mal en los campos que conocemos, y dejando a los que vendrán después una tierra limpia para la labranza. Pero que tengan sol o lluvia, no depende de nosotros” (ESDLA).

18/9/13

La Lealtad jurada


"Ante la voz de mi conciencia afligida por los males de la nación, ante tantos desastres, tanta ignominia y mengua tanta, todo lo abandono, a todo renuncio, honores, dignidades, posición, hogar y familia, y voy a buscar bajo los pliegues de una noble bandera que tiene por lema "Dios, Patria y Rey"; es decir, mi creencia religiosa, mi madre España y el mandatario de la Ley, el custodio de mi libertad, de esa libertad que yo quiero y ansío para todos los fines honestos de la vida, la posible salvación de mi patria, pidiendo a Dios me perdone no haberlo hecho antes, y a la Historia, que, si se ocupa en mis faltas, se acuerde también de mi arrepentimiento y de mi pública confesión.

Voy allá, a la Covadonga de la monarquía y del honor castellano, porque quiero tener un Rey, hijo y nieto de reyes, y no un millar de tiranuelos que por turno me vejen y opriman; voy allá, donde se halla, no el señor absoluto, como se pregona para extraviar incautos, sino el representante de la tradición nacional y de las viejas libertades españolas; voy allá, porque se proclama un absolutismo noble y grande, el absolutismo de la Ley, que guarda lo mismo el palacio del magnate que la choza del mendigo, y mide por igual al prócer y al menesteroso; voy allá, para encontrarme en medio de la antigua España, entre un ejército de bravos que pelean desinteresada y espontaneamente para probar al mundo que aun alentamos, y voy allá, porque un príncipe honrado y caballero, que nunca ha faltado a su palabra y lealmente cumple hasta ahora sus promesas, me garantiza todo esto, y no es locura dar crédito a un vástago de estirpe regia, aquí donde todos nos hemos sucesivamente entregado a tanto aventurero engrandecido".

Barón de Bretauville

Fidelidad con amor, valor con honor, perjurio con venganza. Señor, sea yo si se muestra en mi, la lealtad jurada.

21/6/13

Una causa imperecedera


"Los hombres que han opinado por la continuación del antiguo sistema en su totalidad o con escasas modificaciones, pertenecen a las clases mas identificadas con él, y a las que con sus circunstancias particulares han vivido menos sujetas al aliento disolvente del espíritu del siglo.

Es pretensión bien peregrina la de exigir de un hombre que se declare a favor de un sistema que se halla en contradicción con sus ideas, sus costumbres y sus intereses; es decir, con cuanto puede afectar la convicción, la virtud, y el amor propio".

Balmes


"Porque las causas que tienen el espíritu de Dios y la fe en Dios, y el amor de Dios, no mueren nunca".

5/6/13

Al héroe anónimo


"Héroes cuyo nombre ignora la patria, y que ni sus propias madres saben que lo fueron".

Nadie sabe mas de sacrificios, que el carlista, a centenares, a miles se cuentan los que han dado su vida en todas las formas de holocausto: en la pelea; en la impotencia y tristeza del hospital, o del lecho del herido; fusilados; ahorcados como en Vitoria; perseguidos y ahumados en cuevas como a fieras salvajes; en la pobreza o amargura del destierro.

Para su vida oscura, como la de tanto héroe anónimo, no tendrá la historia una página generosa; solamente la amistad le consagrará un culto perdurable en el altar de los corazones. A su vida de martirio redentor, de sacrificio inacabable y de lucha inextinguible, ha coronado una muerte sufrida y resignada.

La memoria y la noble figura de aquel prototipo de la honradez caballeresca, de la lealtad legendaria e inquebrantable y del valor que invade los confines del heroicismo temerario.

23/5/13

Monarchia


Aun cuando sean muy complejas y variadas las relaciones del gobierno de los pueblos, el gobierno en sí mismo es uno. Porque la idea de gobierno conviene en la unidad. ¿Y qué forma es la que conviene a la unidad del gobierno? La etimología de las palabras es su mejor definición, y la etimología de la palabra monarquía, compuesta de dos griegas, que significan gobierno de uno solo, es la que contesta cumplidamente a nuestra pregunta.


¿Quiere decir la monarquía, que el poder sea absoluto, despótico y arbitrario? Si tal significara, no habría un corazón generoso que no se pronunciase contra la monarquía. Y cuando son tantos los corazones generosos que aman ardientemente la monarquía, cuando son y han sido tantos los pueblos que la han defendido y la defienden con entusiasmo inmenso, la idea monarquía, no significa ni puede significar despotismo, ni tiranía, ni arbitrariedad, porque la idea de una cosa no es el conocimiento de una relación sola y aislada, y la palabra monarquía no expresa el poder ciego e impetuoso, sino que representa el principio primordial de gobierno en sus relaciónes infinitas, pero derivándose siempre de la unidad, que es el carácter primitivo y general de todas las cosas.

El monarca es el depositario de los intereses permanentes de la sociedad. La idea moral y las ideas científicas son los límites naturales de la soberanía de los reyes y de los pueblos. Así es que, desde el instante en que ciertas leyes son reconocidas y aceptadas como verdades incontrovertibles, deben custodiarse solícitamente como el depósito sagrado del derecho, como el gran código de la verdadera libertad. Nadie puede desconocer si esto es cierto, la necesidad de una institución que se sobreponga a las pasiones y a los errores, de una institución que sin solución de continuidad ampare constantemente los grandes intereses humanos, de una institución que, sin fluctuar a merced de la fuerza y de la osadía, preste aliento al corazón, tranquilidad al espíritu y paz a la sociedad. Y esa institución, es la monarquía.

Los que batallan contra ella y pretenden fraccionar el poder, sin personificarlo en la unidad y prescindiendo de la enseñanza de naturaleza, desconocen que hay intereses permanentes, y desconocen también que hay ciertas verdades que no pueden someterse al caprichoso, inconsciente y apasionado tribunal de la muchedumbre. Por eso, en vez de divinizar la verdad, divinizan la opinión; por eso, en vez de respetar los fueros de la justicia, respetan los errores del versátil e indiscreto criterio del hombre; por eso, en vez de reconocer ciertos principios como la expresión legítima del derecho, no solo porque los promulga la conciencia, sino porque han sido, son y serán universalmente admitidos, para nada se fijan en esos principios y para todo atienden a la soberanía de la multitud.

Por eso es la monarquía aquélla que defiende ciertas verdades como inmutables, que nunca abandona el gobierno, que no transige con la anarquía porque comprende que es el mas tremendo de los despotismos y el enemigo mas encarnizado de la verdadera libertad. El poder del monarca tiene límites determinados, mas o menos naturales, mas o menos prudentes, mas o menos sabios, pero límites que garantizan el derecho y que se oponen al despotismo desenfrenado. ¿Pero qué límites tiene el poder de la muchedumbre, si en la muchedumbre se quiere hacer radicar la soberanía? No. La sociedad reclama un gobierno constante y paternal, y que si el gobierno debe ser uno, por mas que sus funciones sean múltiples, la forma de gobierno que mejor escuda tan sagrados intereses, es sin duda alguna la forma monárquica.

El País Vasconavarro, 1870

14/5/13

¡Paso a los Cruzados!


Vano empeño: un gobierno sectario
no puede de España a Dios arrojar;
que por Cristo y la fe del Calvario,
siempre está mi patria dispuesta a luchar.

Que esta pobre España tan grande algún día,
arrogante, el mundo domó,
aun es indomable, aun tiene energía,
y aquí, solo Cristo Jesús imperó.

¡Atrás, pues, los que gritan furiosos
haciendo la guerra a Dios y a su altar!
¡Paso a los Cruzados que van animosos
por Dios y su Iglesia prontos a luchar!

Miradlos: ya retan a la chusma impía
que cobarde cede; vedlos avanzar:
es su Capitana la Virgen María,
la que allá, arrogante, se alza en el Pilar.

Con su amparo a la lucha marcharemos
por ella y por Cristo, la sangre verter.
si santa es la causa ¿a quién temeremos?
¡Paso a los Cruzados! ¡atrás lucifer!

C. Rebollo

"Aquel pueblo que desplegó tan antiguo e innato heroísmo, ya en los días lejanos de Viriato, Numancia y Sagunto, renovado y consagrado con la sangre de Fructuoso, Paciano, Hermenegildo, Eulogio, Álvaro y tantos otros gloriosos mártires de la fe católica; como mas tarde en las santas batallas de la Reconquista; y después, en las orillas del Elba y en Lepanto; y también en la maravillosa epopeya de aquellas navegaciones que tan vastos campos de benéficas y pacíficas conquistas abrían a la fe católica en el Nuevo Mundo y en muchas partes del mundo viejo.

Y es este pueblo aquél en que tanto esplendor de cristiana santidad, de arte y de ciencia sacra, encendieron Dámaso y Prudencio, Facundo e Ildefonso, Isidoro y Leandro, Teresa de Jesús e Ignacio de Loyola, Francisco Javier y Juan de la Cruz y Juan de Dios y Pedro de Alcántara, y otros innumerables; una verdadera multitud de gigantes del espíritu, que vertían amplios ríos de luz y de ciencia en Alcalá de Henares y en Salamanca.

Nos parece entender mejor, cómo y por qué, os ha concedido siempre y os concede aun la Reina del Cielo en Zaragoza, en Montserrat, tan privilegiados y envidiables favores y sonrisas; cómo y por qué, una veneranda tradición os pone en tan estrechas y gloriosas relaciones con el Apóstol Santiago. Nuestra católica y fidelísima y magnífica España"

SS Pío XI

25/4/13

La verdadera libertad bien merece la palma del martirio


"Las gloriosas efemérides que la patria lleva grabadas a fuego, que los siglos no podrán borrar, y, con el heroísmo de nuestros antepasados, formaría humillante contraste de ignominia nuestra conducta, si arriásemos la bandera negra que, desde hace mas de un siglo tremola siniestra entre las ruinas de nuestras libertades."


"...porque hubo un tiempo, en que hombres y mujeres de esta patria, prefirieron la palma del martirio a convivir con la vergüenza, y defendieron la libertad, pero la libertad verdadera. No la que proclama el liberalismo y que se le ha dado al pueblo llamándole soberano y ofreciéndole derechos individuales para estrangularle y desollarle mas tarde, dejándole a merced de los caciques; no la libertad que arranca a Cristo de nuestros corazones. No, no la libertad a la que Guizot llamó 'el peligro mas espantoso contra la sociedad'.

...porque hubo un tiempo en que nuestra monarquía era informada por el espíritu de Dios, y que allí donde reinaba, allí estaba la verdadera libertad.

...porque pudiera llegar el día, en que hastiados por las derrotas humanas y la desesperanza, temblara nuestro brazo y cayera nuestra bandera; pero sostenidos de nuevo y hallados por nuestro Padre, tremolara de nuevo lo que nunca debió caer.

Id a luchar, campeones de la Causa; no desmayéis nunca."

23/4/13

Caballeros del Sagrario


¡Oh, si el pueblo y la embrutecida masa neutra tuviera ojos para ver, oídos para oir e inteligencia para entender! Fijaría en nosotros la mirada y preguntaría con asombro: ¿Quiénes son esos que tienen entrañas para sentir y corazón para amar? ¿Qué reyes son esos que tales lealtades inspiran? ¿De dónde sacan su vitalidad y su frescura esas doctrinas que la desventura no ahoga y el desamparo no agosta? ¿Quién enseña a esos jóvenes a seguir y amar una causa que solo produjo a sus padres sacrificios y desventuras?


¡Ah! Si esa masa neutra fuera capaz de pensar, entonces habría regeneración y habría vida. Si miraran nuestros actos con ojos libres de preocupaciones, verían que siempre, invariablemente, en las alegrías como en los dolores, la primera mirada es para el cielo, y nuestra primera manifestación es postrarnos al pie del sagrario. Tales almas así forjadas y templadas en la fragua del amor de Dios ponen en la sociedad atea y amoral una nota distintiva de catolicismo práctico, y confortará el espíritu ver a esos mismos caballeros que tantas pruebas de virilidad y entereza han dado, arrodillados a los pies del Divino Prisionero del Sagrario en el retiro amable de la Iglesia, para pedirle el valor necesario a fin de cumplir con entereza, sus deberes de católicos.

B.G.

20/4/13

La tiranía del Estado laicista y el odio contra la Religión


La tiranía laicista, que pretende imponer por el rigor de las leyes aun su propia concepción individualista de la Religión, contra lo que ésta es en sí misma y tal y como es profesada por los creyentes, aspira todavía a confinarla a lo íntimo de las conciencias, al santuario de la familia y al sagrado de los templos, a fin de poder constreñirla mas en sus modos de influencia personal y colectiva (porque no nos engañemos, de eso se trata), hacer arduo el proselitismo cristiano especialmente en la juventud, y dar mas fácil acceso al ateísmo social, que es la fórmula imperativa del nuevo cesarismo espiritual del Estado ERIGIDO EN DIRECTOR DE LAS CONCIENCIAS Y SOBERANO ABSOLUTO DE LA CULTURA PÚBLICA.


Solo con odiosa tiranía, puede el Estado poner limitaciones a la función docente de la Iglesia, cuyo origen radica en una ley divino-positiva, y a su expansión cultural que constituye una exigencia ineludible de su esencial carácter educativo sin el cual se desvirtuarían su naturaleza y personalidad propias.

Por su realidad de sociedad perfecta y absolutamente suprema en su esfera propia, LA IGLESIA ES INDEPENDIENTE DE TODA POTESTAD TERRENA TANTO EN EL ORIGEN COMO EN EL EJERCICIO DE SU MISIÓN EDUCADORA. POR EL OBJETO DIRECTO DE SU MISIÓN DOCENTE (PROPAGACIÓN DE FE Y FORMACIÓN DE COSTUMBRES), COMO PARTÍCIPE QUE ES LA IGLESIA DEL MAGISTERIO DIVINO, LLEVA EN SÍ MISMA ARRAIGADO EL DERECHO INVIOLABLE A LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA (derecho recogido asimismo en este esperpento de Constitución, el cual debe estar garantizado por el Estado).

Por los graves deberes que la profesión de cristiano impone a los padres de familia en orden a la educación religiosa y moral de sus hijos, cuyo ejercicio constituye un elemento esencial de la libertad de las conciencias, así como es la dirección y salvaguardia de los mismos por parte de la Iglesia uno de los mas incontrastables derechos confesionales, tienen los padres de familia, y con mayor razón la Iglesia, la facultad y el derecho ante el Estado, de reclamar y asegurarse de que en las escuelas así públicas como privadas no se dará a lo menos nunguna enseñanza contra las convicciones y creencias de los católicos.

Ellos mismos, los civilizados incivilizados pretenden asumir el papel de aquéllos que se adelantaron a nuestros tiempos en la instauración de métodos y organizaciones ejemplares, y de generosas empresas encaminadas a la perfección cultural y a la democratización de la enseñanza. A la fecunda actividad docente de las Órdenes Religiosas, debe Europa (otrora la Cristiandad) uno de los principales fundamentos de su actual civilización. Pero el ser humano nunca cambia y así como el ángel de luz se rebeló contra Dios, el hombre se rebela contra el hombre.

NO, no nos equivoquemos, HOY, NO SE TRATA UNICAMENTE DE UN COMBATE ENCARNIZADO DEL LAICISMO CONTRA LA IGLESIA Y SUS INSTITUCIONES. NEGADA LA LIBERTAD DOCENTE DE LA IGLESIA (COMO PRETENDEN LOS TIRANOS Y SUS CÓMPLICES POR ACCIÓN U OMISIÓN), RECIBE UN GOLPE CERTERO Y DECISIVO EL DERECHO NATURAL DE LOS PADRES DE FAMILIA A REGIR LA EDUCACIÓN E INSTRUCCIÓN DE SUS HIJOS.

El producto de ese odio, es que los católicos, a un mismo tiempo y en un mismo ataque, ven vulnerados los derechos sagrados de su Religión y los de su personalidad civil como padres de familia.

A todos ellos, les recordamos por tanto estas palabras, en el desaliento y en la apatía, en la aflicción y en la desesperanza, con que León XIII y Pío XI les amonestaron: “LOS PADRES TIENEN DE LA MISMA NATURALEZA EL DERECHO DE EDUCAR A SUS HIJOS, PERO TIENEN ADEMÁS EL DEBER DE PONER SU INSTRUCCIÓN Y EDUCACIÓN DE ACUERDO PERFECTO CON EL FIN PARA EL CUAL HAN RECIBIDO SU PROLE CON BENEPLÁCITO DE DIOS. LOS PADRES DEBEN, PUES, EMPLEAR TODAS SUS FUERZAS Y UNA PERSEVERANTE ENERGíA EN RECHAZAR TODA SUERTE DE INJUSTICIAS EN ESTE ORDEN DE COSAS, EN HACER RECONOCER, POR MODO ABSOLUTO, SU DERECHO A EDUCAR A SUS HIJOS CRISTIANAMENTE, SEGÚN ES SU DEBER, Y SOBRE TODO EN APARTARLOS DE LAS ESCUELAS, EN QUE CORREN EL PELIGRO DE RECIBIR EL VENENO DE LA IMPIEDAD.”

17/4/13

La cuestión dinástica no es accidental


El Carlismo es mas trascendental, va mas allá de la defensa de una cuestión dinástica, ni aun siquiera una defensa de una forma de gobierno; es una defensa religiosa y social; en una palabra, las bases de la sociedad española.


¿Pero significa eso que las conexiones del Carlismo con su monarquía son cosa accidental, adjetiva, circunstancial o simbólica? No. Lo circunstancial no está adherido a la sustancia, no es esencial, ni estable, ni duradero. Si la cuestión dinástica no afectara a la esencia del Carlismo, entonces se afirmaría que éste persevera y se mantiene en su ser propio, aun cuando se descarte de su monarquía y de aquella persona en la cual tiene esta monarquía su natural y legítima representación. Y eso es un absurdo. La hora en que dejásemos a un lado nuestra monarquía, no seríamos carlistas.

No deja de ser el Carlismo cuestión dinástica jamás, aunque recoja y condense en sí, delante de todo el mundo los fundamentales principios de la única política salvadora. El reconocimiento del poder de los principios católicos que dan firmeza a la Causa, no impide que al propio tiempo reconozcamos aquellas relaciones que ha puesto la Providencia entre el Carlismo y su monarquía, y que estimemos asimismo esas relaciones en lo que valen, aseverando resueltamente y de nuevo, que tocan a la esencia de la comunión monárquico-religiosa.

Un requeté (1886)

12/4/13

Revolución y Contrarrevolución


La revolución es, en su fondo, siempre lo mismo: el pensamiento y acción de las multitudes forjados por una triple aberración, esto es, aberración religiosa, política y socio-económica.


La primera es el desconocimiento, menosprecio u olvido de Dios; la segunda, consiste en la emancipación de la razón y la conducta, de toda ley, esto es, racionalismo, laicismo y liberalismo; la tercera, producto de las dos anteriores, es el concepto materialista de la vida y de la Historia, es decir, la única y exclusiva preocupación por la vida presente, la lucha de clases y el egoísmo suelto: utilitarismo, marxismo y anarquía.

El denominador común de esta triple esencia revolucionaria, es: la rebeldía, el odio y la destrucción.

De ahí, que para que la Contrarrevolución sea duradera y eficaz, ha de basarse en doctrina y actuación contrarias, y que sean su antídoto y remedio; esto es, en el orden religioso, las creencias y conductas iluminadas por la fe y el amor, el cristianismo; en el orden político, el respeto a la autoridad y a la continuidad histórica y al genio nacional, el tradicionalismo; y en el orden socio-económico, espiritualismo, armonía de clases, justicia y equidad, catolicismo social.

Principio básico y razón última de todo ello, autoridad divina y humana; jerarquía y trabajo, edificación.

La autonomía individual que disgrega los individuos, enemista las clases, enciende luchas entre los pueblos y lleva consigo a la descomposición ineluctable de los Estados, o la unidad espiritual que liga los entendimientos y los corazones, con los lazos de las creencias, del patriotismo y del honor. Las sociedades, han de elegir entre unas y otras; en definitiva, antropocentria o Teocentria.

En nuestra patria, sabemos por desgracia qué es la revolución. Quiera Dios que con aquellos ingredientes a que aludía un gran pensador , “LA PROTECCIÓN DIVINA, LA INTELIGENCIA DIRECTORA, Y LA NOBLEZA DE CORAZÓN”, realicemos la grande y profunda Contrarrevolución.

10/4/13

Tuya es la gloria Señor


En dos mundos que le diste
Fue tu nombre su blasón,
Y escribiolo en sus banderas
Y en sus armas lo esculpió.

Nuestra patria bien amada
Tuya siempre se mostró,
Y en sus pueblos y campiñas
Templos mil alzó en tu honor.

29/3/13

Antes muertos que esclavos


¡Día terrible, lleno de gloria, lleno de sangre, lleno de horror, nunca te ocultes a la memoria de los que tengan patria y honor!


Este es el día, que con voz tirana "ya sois esclavos", la ambición gritó, y el noble pueblo, que lo oyó indignado, "muertos sí", dijo, "pero esclavos no".

Arriaza

27/3/13

Ramoncito


Ramoncito Murgía, el diminuto orador y "agitador" según la prensa liberal, que a sus 9 años conmovía a las masas tradicionalistas con su palabra armoniosa y persuasiva.


En el Círculo carlista de Zaragoza, enalteció la figura de Recaredo como el primer rey católico de España, cosa que no agradó al delegado de gobierno, que teniendo serrín por cerebro, se levantó manoteando como un energúmeno y gritando encolerizado: ¡En España no hay mas rey que Alfonso XIII!. El gobernador que casualmente pasaba por allí con algunos agentes de policía, se presentó en el Círculo y lo hizo desalojar. El fiscal no aprobó semejante conducta, pero ¿quién le mete a defender la justicia cuando está de parte de los carlistas? Cuando se trata de éstos, los carlistas siempre serán "outlaws".

7/2/13

La decisión de Donoso o el renacer del Fénix


A Donoso se tildó de reaccionario, pues acabó harto de partidos medios, desengañado del eclecticismo y doctrinarismo, y muy propenso a dar en aquel sensualismo tradicionalista, parecido al de Bonald y de Maistre, pero mas exagerado. Por eso se le apellida reaccionario, en oposición a liberales y “avanzados”, de cuyos principios renegó cuando se convenció de su falsedad ¿pero qué entienden por reaccionario y avanzado aquéllos que así lo calificaron? Jamás lo explicaron. Se ha encotrado fácil y llano llamar reaccionarios a los filósofos y publicistas católicos, así como a todo aquél que lucha en la vida pública de los Estados contra las nuevas corrientes heredadas de las revoluciones. Con este proceder se molesta poco, ciertamente, al entendimiento: la imaginación inventa una frase ingeniosa, a fuerza de repetirla una y cien veces, y llega a adquirir fuerza de naturaleza en el lenguaje del vulgo, y nadie se preocupa en escudriñar su significado.


Antes de su decisión, ¿a quién seguía en sus tiempos de doctrinarismo? Vano intento de empequeñecerlo pues DONOSO NO TUVO OTRO MAESTRO QUE JESUCRISTO, NI OTRA ESCUELA QUE LA IGLESIA, NI MAS INSPIRACIÓN QUE LA HISTORIA. Las semejanzas de estilo y las coincidencias de opiniones entre Bonald, de Maistre y Donoso, no son otra cosa que las semejanzas y las coincidencias de la verdad; así como las semejanzas y coincidencias de Kant y Hegel, de Hegel y Krause, y de todos los impíos, no son sino las semejanzas y coincidencias del error. Donoso, al llevar al parlamento las discusiones filosóficas, hizo enmudecer a los líricos de la política revolucionaria, oponiendo a sus desmanes EL INQUEBRANTABLE MURO DE LA RAZÓN CATÓLICA, CONTRA LA CUAL SE ESTRELLARÁN SIEMPRE LOS PROYECTILES DEL SOFISMA.

Cierto es que la victoria de la impiedad y el éxito del libertinaje cegaron en un principio su privilegiado talento, pero bien pronto su razón recobró la clarividencia de que Dios le dotara y aquél que vistió las fórmulas del error, SE CONVIRTIÓ DE SÚBITO EN ARDIENTE DEFENSOR DE LOS SAGRADOS FUEROS DE LA VERDAD. La conversión de Donoso fue prueba evidente de la misericordia de Dios, porque aquél no abraza el Catolicismo en virtud de la persuasión científica, sino por un llamamiento de la gracia. “DOS COSAS ME HAN SALVADO –dice- EL SENTIMIENTO EXQUISITO QUE SIEMPRE TUVE DE LA BELLEZA MORAL Y UNA TERNURA DE CORAZÓN QUE LLEGA A SER UNA FLAQUEZA; EL PRIMERO DEBÍA HACERME ADORAR EL CATOLICISMO, Y LA SEGUNDA ME DEBÍA HACER AMARLE CON EL TIEMPO”, “MI HERMANO MURIÓ COMO LOS ÁNGELES MORIRÍAN SI MURIERAN. DESDE ENTONCES JURÉ AMAR Y ADORAR, Y AMO Y ADORO…IBA A DECIR LO QUE NO PUEDO DECIR, IBA A DECIR CON UNA TERNURA INFINITA AL DIOS DE MI HERMANO. AQUÍ ESTÁ LA HISTORIA ÍNTIMA Y SECRETA DE MI CONVERSIÓN, NO HA TENIDO INFLUENCIA ALGUNA NI EL TALENTO NI LA RAZÓN: CON MI TALENTO FLACO Y MI RAZÓN ENFERMA, ANTES QUE LA VERDADERA FE, ME HABRÍA LLEGADO LA MUERTE. EL MISTERIO DE MI CONVERSIÓN, ES UN MISTERIO DE TERNURA. NO LE AMABA Y DIOS HA QUERIDO QUE LE AME, Y LE AMO; Y PORQUE LE AMO ESTOY CONVERTIDO”.

Si Donoso no es un escritor didáctico como Santo Tomás y como Balmes, que sienta principios y los desmenuza hasta en sus mas recónditas consecuencias, si no es un estilista a la manera de Cervantes, Saavedra Fajardo y Quevedo de limpia frase, dicción correcta y oportuno chiste, y en suma, si no tiene analogía en sus pensamientos como no sea por lo enérgicos con Tertuliano y por lo profundos con San Agustín, Donoso es el águila de la inteligencia moderna que remonta su vuelo en alas de la fe católica que inspira su genio y presta majestad a su palabra, es el filósofo que conocedor de la historia presenta maravillosas síntesis, haciendo ver las armonías existentes entre los conocimientos humanos y las verdades reveladas, y es el poeta en fin, cuya lira sorprende al alma con sus proféticos acentos y cautiva el corazón con sus sentidas melodías.


En sus obras tendrán que beber los que aspiren a mirar la Ciencia desde un punto de vista elevado, pues con excelsas dotes, fue adornado por la Providencia. Todo es digno de admiración en Donoso, incluso su muerte fue la de un santo, porque Dios auxilia con fuerzas sobrenaturales a aquéllos que le han confesado, en ese duro trance tan amargo para los que nada esperan: acudan allí los sabios y digan a qué obedece ese valor que se llama resignación cristiana, y no acertarán a explicarlo, como no sea amontonando blasfemia sobre blasfemia: acuda allí la juventud seducida por el ateísmo y verá anonadarse la soberbia que inculcaron en su inteligencia los falsos maestros, y, acudamos allí todos, los que niegan y los que creemos, porque nada hay que pueda suministrarnos una lección mas provechosa.

Reflexión del jurista Pérez Bueno

5/2/13

La Santa Tradición


¡Soldados de la patria! ¡Valientes caballeros!
¡Calzad vuestras espuelas! ¡Templad vuestros aceros!
¡Mantened con gloria las gestas de hidalguía!
¡La tradición hispana no ha muerto todavía!
No ha muerto porque corre pujante y ardorosa.
La sangre de sus hijos, semilla generosa,
Que heroicos paladines en ruda lid vertieron.
¡HIDALGOS! ¡Honrad a los que fueron orgullo de la Patria y ejemplo de la Historia!
Y, al recordar su muerte, que está sonando a gloria,
¡JURAD AHORA CONMIGO LUCHAR CON VALENTÍA!
Y, a fe de caballeros, cuando llegare el día
En que el clarín guerrero nos llame a la campaña,
Antes que el enemigo nuestra bandera ultraje,
Y España se rindiera a extraño vasallaje,
¡Morir también sabremos, por Dios y por España!

A. Rubio

Carta al Heraldo (1852)


"(...) La riqueza, acumulada por un egoísmo gigantesco, es menester que sea distribuida por la limosna en grande escala. La palabra ha sido, es y será la reina del mundo. La Sociedad no perece por otra cosa sino porque ha retirado a la Iglesia su palabra, que es palabra de vida.


Si hay un hombre en la tierra que se subleve y salga fuera de sí con solo nombrar esos dos monstruos de la especie humana -tiranía y revolución- , ese hombre soy yo; y aun por esto mismo debo pasar y paso por uno de sus admiradores. No; las tiranías como las revoluciones, son fenómenos injustificables, explicables tan solo como males que Dios permite para sacar de ellos un bien de escarmiento. Pero al fin se me dirá: cuando esa bella libertad católica no existe, ¿QUÉ SE HA DE HACER? ¡QUÉ SE HA DE HACER! ¡BUSCARLA! o resignarse al turbulento flujo y reflujo de las tiranías y de las revoluciones (...)." (Donoso Cortés, Carta al Heraldo, 1852)