23/9/09

Los caballeros de Malta



La isla de Malta era la avanzadilla que protegía en el Mediterráneo a los estados cristianos. En dicha isla estaban los caballeros de la Orden y 20.000 españoles que había enviado Felipe II para asegurarla contra las arremetidas de los turcos.

Unos y otros, malteses y españoles, venían gobernados por el gran maestre de la Orden, Juan Parisot de La Vallete, anciano de 70 años.

Solimán II era el general de las tropas turcas, el cual, reuniendo sus numerosas galeras y sus formidables pertrechos de guerra, se lanzó como un tigre contra los caballeros de Malta. El anciano La Vallete se encerró con un pelotón de sus tropas en el castillo de San Telmo, y contra él extremó Solimán II, los rigores de su ferocidad. Baste decir que sobre él lanzó 60.000 balas de cañón.

En vista de que La Vallete no se rendía, el turco le envió un emisario para intimarle a la rendición. A lo que el valeroso anciano le contestó, señalando el foso del castillo:
- Ved el único espacio que pensamos ceder a vuestro general, para sepultura suya y de sus jenízaros.

Y resistieron con tenacidad hasta un día en que llegaron en su socorro las galeras de España gobernadas por don Álvaro de Sande.

La mortandad en las filas turcas fue espantosa. Huyó Solimán, huyeron sus tropas y la isla de Malta quedó libre de nuevas invasiones.

Felipe II le regaló a La Vallete, en prueba de admiración, una espada y un alfanje con puño de oro recamado de diamantes.

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