...o cómo miles de presos eran fusilados (creyentes, sacerdotes, monjas, escritores, periodistas, adversarios políticos, poetas, militares, etc...etc...etc...) en un goteo incesante diario, en el trayecto de una prisión a otra, o sencillamente en medio del campo, sin proceso judicial previo, ni siquiera sumario. Así se las gastaba la horda roja, así se las gastaban las milicias de voluntarios o escuadrones de la muerte roja. A veces, quienes dirigían "el paseillo", eran propios agentes del Gobierno.
Generalmente se solía fusilar de uno en uno, lo cual convertía el "proceso" en un auténtico suplicio para el prisionero. Se esperaba mañana, tarde y noche en las celdas, no ser el próximo elegido (al azar) para salir de la prisión.
Tristemente famosas eran aquellas sacas próximas a la liberación de Madrid por las tropas nacionales, en las que eran trasladados de una prisión a otra, unos 2000 presos, de los cuales solo llegaban a su destino 400.
Eran "las sacas" de la España republicana, olvidadas hoy por el Desgobierno de España en su Ley de la Memoria Histérica. Pero claro, los malos siempre son los mismos. ¡¡Viva Progrelandia y su mundo de libertad y fantasía!!
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