17/5/18

Soñando






...y sonó lentamente la hora maravillosa en que la España eterna florecía de nuevo, como la rama joven de un árbol roto, carcomido y seco. 


...y surgió revestida de púrpura y oros. Sus oros eran hebras de muchos soles yertos, que doraron los tiempos señoriales en que España era grande y era Imperio. 


Oro en los galeones, traídos de las Indias por nautas y guerreros; en los blondos trigales, como mares bruñidos y serenos. En el acero gris de las rodelas y en el claro de luna de los yelmos, la púrpura era sangre de los héroes, que en la lid por la patria sucumbieron.


¡Noble sangre de mártires y santos, de apóstoles, hidalgos y pecheros!...Es la lanza de Rodrigo, es la cruz de Santiago, es la tizona potente del Rey Fernando tercero.


P. Mengíbar

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