Bienaventurados sois, ya que no por otra causa sois odiados
y perseguidos, sino por el género de vida que libremente habéis elegido. Si
hubierais seguido los consejos e inclinaciones del mundo, no os daría él ningún
disgusto, antes bien, os colmaría de favores; mas porque camináis en dirección
opuesta totalmente a la senda que él sigue, por eso os odia y os hace guerra.
Conviene que tengáis el cuchillo en la mano para defenderos:
y que sea de dos filos; esto es: de odio y de amor; amor de la virtud y odio
del vicio. Y con este cuchillo apuñalaréis al mundo odiando sus estados,
delicias, pompas, vanidades; y toda la infinita soberbia; y apuñalaréis vuestra
fragilidad con el odio, ese odio que trajisteis del santo conocimiento de
vosotros mismos; y con el amor de vuestro Creador, que es amor que adquiristeis
por el conocimiento de Dios y de vosotros: que por este amor entrasteis en la
batalla.
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