Vosotros sois indomables defensores de la verdad porque la oisteis los primeros de los labios de San Pablo; y la proclamáis y la defendéis; porque el Santo Apóstol os la predicó apoyado en el báculo de una espada. A la fuerza, el valor; al orgullo, la fe; y a la embriaguez de la continua suerte, el heroico desprecio de la muerte.
Florece el germen de la energía
De tu indomable raza bravía
¡Esa indomable raza de guerra
que hasta en sus odios tiene hidalguía!
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