Punta de lanza de la Cristiandad en los tiempos revueltos de la criminal Revolución. Profeta, soldado de la Luz y primigenio desenmascarador de masones e iluminatis.
"No aumentaremos la amargura de las quejas que en el día se forman contra tantos Príncipes seducidos por los jefes de los impíos, y no les diremos: '¿En qué ceguedad tan extraña vivíais? vuestra obligación era estudiar nuestros libros religiosos, para aprender a ser mejores y hacer mas felices a vuestros súbditos, y vosotros os abatisteis a disputar y aprender de los sofistas, y a seguirlos en sus argumentos contra Cristo y sus profetas. Si teníais dudas sobre la religión ¿por qué recurríais a hombres que habían jurado destruirla? Llegará el día en que el Dios de los cristianos hará nacer también dudas sobre vuestros derechos, y remitirá vuestros pueblos a los jacobinos para que las resuelvan. Vedlos ya en vuestros estados y palacios, dispuestos a aplaudir estas objeciones, como Voltaire las que vosotros hicisteis contra Cristo. Responded a su espada con las que ellos respondían y responden a vuestras leyes ' ". (Haciendo referencia a la nómina de reyes, reyezuelos y príncipes, a sueldo de la Masonería).
"No aumentaremos la amargura de las quejas que en el día se forman contra tantos Príncipes seducidos por los jefes de los impíos, y no les diremos: '¿En qué ceguedad tan extraña vivíais? vuestra obligación era estudiar nuestros libros religiosos, para aprender a ser mejores y hacer mas felices a vuestros súbditos, y vosotros os abatisteis a disputar y aprender de los sofistas, y a seguirlos en sus argumentos contra Cristo y sus profetas. Si teníais dudas sobre la religión ¿por qué recurríais a hombres que habían jurado destruirla? Llegará el día en que el Dios de los cristianos hará nacer también dudas sobre vuestros derechos, y remitirá vuestros pueblos a los jacobinos para que las resuelvan. Vedlos ya en vuestros estados y palacios, dispuestos a aplaudir estas objeciones, como Voltaire las que vosotros hicisteis contra Cristo. Responded a su espada con las que ellos respondían y responden a vuestras leyes ' ". (Haciendo referencia a la nómina de reyes, reyezuelos y príncipes, a sueldo de la Masonería).
En su providencial ultramontanismo, denunció la pleitesía de parte del clero, a los principios revolucionarios; cosa por cierto, que podemos hacer extensiva hoy a buena parte de los miembros de la Iglesia, anonadados por la maravillas del modernismo y las bondades del Liberalismo (¿verdad Rouco?); por no hablar de las absurdas conferencias episcopales, en la mayor parte de los casos, auténticas taifas. En su "Ensayo sobre la reforma del clero", nos dice así: "los malos sacerdotes han perdido la religión; pero principalmente esos prelados ambiciosos que solamente desean el báculo, la mitra, los honores y títulos para mantener su fausto, y unicamente pretenden una Iglesia u Obispado en las provincias, para gastar luego en Babilonia un lujo devorador, y dar un escándalo que ellos solos no creen tal, porque ellos solos le creen oculto".
En sus "Cartas Provinciales filosóficas" se burla con mucha gracia de los sueños de los filósofos sobre el origen del mundo, la formación de la materia, etc...y lo ejecuta con tal arte, que no es necesario estar enterado en los principios elementales de la física para conocer los absurdos filosóficos.
Pero sin duda, fue su erudición sobre la trama masónica e illuminati, lo que sirvió para presentar el periodo histórico de la Revolución francesa, de un modo transparente y claro, que comenzó con la convocación de la Asamblea de los Notables en 1787 y llevó a la aplicación de las tres conspiraciones a la Revolución, manifestando la universalidad de los resultados, explicada por la universalidad de sus tramas:
"¡Franceses, cuán bien sabe Dios confundir la prudencia de los prudentes, y la sabiduría de los sabios!. Preguntad al pueblo qué es de aquellos millones de habitantes que poblaban sus campos y ciudades: qué inundación de bárbaros a venido a desolarlos. El gran crimen del jacobino es su impiedad; pero su mayor recurso es la vuestra. Por vuestra impiedad sois hermanos del jacobino, y sois jacobinos de la revolución contra el Altar. No apaciguaréis el furor del Eterno que venga el Altar trastornando el trono y las leyes, por medio de la revolución. Tal es la última y la mas importante de las lecciones que nos dan esos azotes progresivos, como también las tramas mismas de los sofistas de la impiedad, de la rebelión, y de la anarquía".
Volveremos tras sus pasos...
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