8/3/14

Vicisti Galilae!


“¿Quién abrirá las puertas de su boca? Espanta ver el cerco de sus dientes. Cuando estornuda arroja chispas de fuego, y sus ojos centellean como los rayos de la aurora. Cuando se levanta, tienen miedo los mismo ángeles. Si alguno quiere embestirle, no valen contra él ni la lanza, ni la coraza, ni la espada. Porque fue hecho para no temer a nadie” (Job, cap. XLI)


Y tiene legión de acólitos tanto en este mundo como en las sombras:

-¡Insensatos! ¿Contra quién dirigís vuestras envenenadas flechas?

-Contra el cielo, contra Dios –responden con furia.

-Y ¿habéis creido en vuestro delirio impío, poder escalar el cielo y arrojar de él al Omnipotente?

-Si, podremos –responden- y aplastaremos al infame y borraremos del mundo hasta su nombre. Ellos o nosotros.

Señor de los ejércitos, dichosos los hombres que confían en ti: “Venid ahora todos los demonios del infierno, quiero saber qué mal me podéis hacer. Porque tomaba yo una cruz en la mano y parecía verdaderamente darme Dios ánimo contra todos ellos”

El combate no ha hecho mas que comenzar, no dejemos nunca a la tristeza adueñarse del corazón, tristitiam non des animae tuae, porque así será pues que llegará el día en que dirán finalmente: Venciste, Galileo.

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