4/3/11

¿Quién venció?


Cuando el cardenal Cisneros determinó, con sus 70 años encima, conquistar la plaza de Orán, los soldados de Italia se echaron a reir y dijeron:
- Son cosas chocantes las que pasan en España: mientras un Prelado sale a guerrear contra los moros, el Gran Capitán se entretiene en rezar el Rosario.

Aquellos soldados no sabían que los dos paladines podían hacer ambas cosas a la vez. El caso es que el cardenal, que había llevado a sus soldados a las puertas de Orán, antes de ordenar el asalto les arengó virilmente, y que cuando sonó el grito de ¡Santiago y Cisneros!, las tropas se lanzaron con tal brío al asalto, Pedro Navarro a la cabeza, que en poco tiempo la plaza quedó ganada para España.

El cardenal no quiso entrar en ella hasta el día siguiente, y sus ojos saltaron de gozo cuando vió el pabellón de Cristo ondeando sobre el mas alto alminar. Las tropas españolas vieron a Cisneros a la entrada de Orán, y le dijeron:
- Vos, señor, sois quien ha vencido.

A lo que repuso el cardenal con el salmo de David:
- No a nosostros, Señor, sino a vuestro santo nombre se debe dar la gloria.

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